jueves, 14 de diciembre de 2017

Star Wars: The last Jedi



Se estrenó el jueves la esperada continuación de la famosa saga creada por George Lucas, que con solo mencionarla ya genera alta expectativa en cualquier ámbito, así como también debates entre los fanáticos y cinéfilos en general. No es para menos, Star Wars tiene su mística, su propio universo (“mundo” quedaría chico para una saga que habla de viajes intergalácticos), sus leyes, héroes, villanos, y todo lo que una saga tan memorable debe tener. Sin más, empezamos esta reseña SIN SPOILERS.



En una galaxia muy, muy lejana… empieza un episodio VIII muy soportable. Las primeras escenas dan la acción que quiere el público, pero rápidamente  volvemos a la calma que antecede al huracán, del cual solo sentimos brisas y algunas correntadas de aire; pero que solo sentiremos sus ráfagas cuando la tensión de la película llegue a su primer cenit.
Los efectos especiales no son ni más ni menos, son de la calidad exacta para la película, siendo lo que deben ser: parte del escenario, no protagonistas. Los diálogos son sencillos, permitiendo el fácil entendimiento de la trama, sin volverse monólogos extensos de los que solo entendemos hasta la primera mitad.

Pero la empresa dueña de LucasArts nos recuerda siempre su presencia en la Fuerza con el sello exclusivo de Disney de inclusión cultural y chistes forzados en momentos que demandan tensión absoluta y por personajes que no tienen esa chispa del humor, mermando así la epicidad de algunos momentos, y anulando la seriedad del tópico a tratar. Asimismo, tratan de colar un romance forzadísimo, que no aporta nada a la trama ni al desarrollo de los personajes.

“Star Wars Episodio VIII: The Last Jedi” es como ir a la playa y meterse al mar: todos entramos con mucha emoción, nos adentramos con ilusión, hasta que, pasada esa primera impresión, empezamos a quejarnos del frío y la sal. Luego nos sumergimos del todo y nos adaptamos a esto, al punto que pasamos de solo soportar las olas a disfrutarlas, riendo, celebrando, haciéndose uno con el mar; pero siempre vamos a sentir ese “algo” que nos toca el pie y molesta, sacándonos de la euforia y dándonos un trago del agua salada que olvidamos que nos rodeaba.






Conclusión: la película tiene intenciones para todos los públicos, si bien no todas están adecuadas a lo que estamos viendo. A los más fanáticos de la saga, se los vera impresionados por los sucesos y hasta serán tocados en lo profundo de su amor por alguna que otra escena (ALERTA DE LAGRIMON), guiño, easter egg o hasta créditos (ALERTA DE LAGRIMON x2). A los cinéfilos, darán cuenta de su extensa duración, pero no emitirán quejas sobre ello, solo sobre el humor innecesario que Darth Disney nos lanza como rayos Sith. El público ajeno, ese que solo quería ver una película y se dejaron llevar por el nombre o el hype, la verán sin comprender realmente el peso  de este episodio, que si bien supera con creces a su predecesora, dista mucho aun de la primer trilogía (aunque es más entretenida que  el Episodio II). Las inconsistencias en la trama (esas fluctuaciones fatídicas en la Fuerza) solo serán notadas por los primeros dos grupos mencionados, para el tercer grupo pasaran sin levantar sospechas y hasta serán justificadas sin argumento alguno.

Puntuación: 8,5/10


Sinopsis: La joven chatarrera Rey procedente de Jakku, Finn el stormtrooper que escapa de las garras del Primer Orden y Poe, el piloto de la Resistencia se unen a leyendas galácticas en una épica aventura en la que se develarán misterios milenarios de la Fuerza e impactantes revelaciones del pasado.

Duración: 150 min.

Fecha de estreno: 14 de diciembre de 2017

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